La colección Crucero 2026 de Dior, presentada el 27 de mayo en los jardines de la Villa Albani Torlonia en Roma, marcó un hito en la historia de la maison. Bajo la dirección de Maria Grazia Chiuri, quien se despide tras una década de transformaciones en la firma, el desfile se erige como una oda a la feminidad, la historia y la artesanía italiana.
Un escenario cargado de simbolismo
Roma, ciudad natal de Chiuri, fue elegida como el escenario perfecto para esta despedida. La Villa Albani Torlonia, con su arquitectura renacentista y jardines exuberantes, proporcionó un marco idóneo para una colección que fusiona la tradición con la modernidad. El desfile comenzó al caer la noche, con modelos desfilando bajo paraguas transparentes, creando una atmósfera etérea y cinematográfica. La elección de Roma no solo celebró el legado personal de Chiuri, sino también la rica herencia cultural italiana que ha influenciado profundamente su visión creativa.

Como explica el equipo creativo de Dior encargado de crear todo el imaginario de esta colección: A lo largo del paisaje de la villa romana, la obra de Pietro Ruffo irrumpe en el decorado original con una vibrante reinterpretación de motivos y personajes grotescos: una oda al placer y la fascinación que despiertan las ilusiones. Las fronteras entre realidad y ficción, el prêt-à-porter y la alta costura se difuminan. El desfile, guiado por la visión de Maria Grazia Chiuri, emerge como un homenaje a las constelaciones artísticas que entrelazan arte y moda.
La colección: una reinterpretación del Renacimiento
La propuesta de Dior para la temporada Crucero 2026 se sumerge en las profundidades del Renacimiento italiano, reinterpretando sus códigos con una mirada contemporánea. Las siluetas, dominadas por tonos blancos, marfil y nude, evocaron la pureza y la elegancia de épocas pasadas. Vestidos de encaje transparente, faldas con volantes y abrigos largos de corte preciso se combinaron con piezas más audaces, como trenchs de hombros marcados y chaquetas militares, aportando un contraste que enriqueció la narrativa visual del desfile.

El uso de tejidos como el encaje, el terciopelo y el tafetán, junto con bordados intrincados, rindió homenaje a la maestría artesanal italiana. Cada prenda parecía contar una historia, fusionando la delicadeza del pasado con la fuerza del presente. Esta colección no solo celebró la estética, sino también el savoir-faire que ha caracterizado a la moda italiana a lo largo de los siglos.
Un adiós con mensaje
La despedida de Chiuri de Dior no fue solo un cambio de dirección creativa, sino también una declaración de intenciones. Durante su gestión, Chiuri introdujo mensajes feministas en sus colecciones, como el icónico «We Should All Be Feminists». Su legado perdura en esta última colección, que no solo rinde homenaje a la historia, sino que también empodera a la mujer contemporánea. La combinación de elementos clásicos con toques modernos refleja una visión de la moda que es inclusiva, reflexiva y profundamente conectada con su tiempo.
La transición hacia el futuro
Con la salida de Chiuri, Dior se prepara para una nueva etapa. Aunque aún no se ha confirmado oficialmente, se especula que Jonathan Anderson, director creativo de JW Anderson y Loewe, podría ser su sucesor. Este cambio generacional abre un abanico de posibilidades para la maison, que deberá equilibrar su rica herencia con las demandas de un mercado global en constante evolución.

En conclusión, la colección Crucero 2026 de Dior no solo fue un desfile de moda, sino una experiencia sensorial que celebró la historia, la feminidad y la artesanía. Bajo la dirección de Maria Grazia Chiuri, la maison rindió homenaje a sus raíces mientras miraba hacia el futuro, dejando una huella imborrable en el mundo de la moda.