Con más de tres décadas dedicadas a la sastrería masculina, Félix Ramiro no solo ha vestido a figuras del espectáculo y la televisión. Ha vestido a miles de hombres que, más allá de buscar un traje, han encontrado en él la posibilidad de descubrir su mejor versión. Su nombre es hoy sinónimo de elegancia, autenticidad y pasión por el trabajo bien hecho.
¿Cómo se define Félix Ramiro en tres palabras?
Luchador, apasionado de la moda y perfeccionista.
¿Cómo ha evolucionado tu visión profesional con el tiempo?
Ha sido un viaje apasionante. Cuando comencé, hace ya casi 40 años, los hombres apenas se preocupaban por su imagen. No cuidaban los detalles y los eventos los tenían un poco abandonados. Nosotros llegamos para cambiar eso, para reivindicar la elegancia masculina sin competir con la mujer. Hoy, el hombre tiene voz y estilo propio en esos momentos únicos. El hombre también tiene algo que decir.
¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?
Todo. Me gusta el contacto con el público y el cara a cara. Lo que más disfruto es ese momento en el que entra un cliente y, en apenas segundos, puedo visualizar cómo realzar su imagen, pero sin imponer nada. Siempre hay que respetar la esencia de cada uno. Mi objetivo como sastre es suavizar los defectos y potenciar las virtudes de las personas.
¿Por dónde debe empezar un novio que busca su traje ideal?
Informándose, como quien va al médico o al psicólogo. Hay que acudir a profesionales. Hoy es tan fácil como buscar en Google. Pero, más allá de eso, es vital ponerse en manos expertas. Hay eventos, como una boda o una graduación, que no se van a repetir nunca. Y, si se repiten, jamás van a ser igual.
¿Chaqué, traje, esmoquin…? ¿Cómo tomar la decisión correcta?
Probando. Esto es como elegir un vino: hay que degustarlo. Siempre animo a venir con la mente abierta. Invertir 40 o 50 minutos puede marcar tu vida. Nosotros trabajamos con pasión, sin prisa, hasta encontrar el look que realmente transforma a la persona frente al espejo.
¿Les ocurre también a los hombres ese “clic” que sienten las novias cuando encuentran el vestido?
Cada vez más. Es un momento mágico. Lo ves en la mirada. Los hombres son más contenidos, pero también más exigentes. No basta con que el traje les quede bien, debe representar quiénes son. En Félix Ramiro, la perfección tiene que ser absolutamente perfecta.
¿Qué distingue un traje de diario de uno para una boda o evento?
La diferencia es total. Un traje de ceremonia tiene presencia, habla por sí solo y emociona a uno mismo y a los demás. La gente lo nota, incluso sin saber de moda. Son trajes que marcan un antes y un después. ¿Cómo es posible que miles de familias confíen en nosotros para los días más importantes de su vida? Porque respondemos. Porque cuando hay un fallo, damos la cara. La confianza se gana en los detalles.
Detrás de cada traje, hay una familia. ¿Qué significa para Félix Ramiro el trato más humano?
Escuchando. Hay historias de todo tipo: bodas, graduaciones, entrevistas de trabajo… y también duelos. A veces, en medio del proceso, fallece un ser querido. Nosotros no solo medimos cuerpos: acompañamos. Nuestro trabajo no termina el día de boda; la verdadera película empieza cuando los novios salen felices de la tienda con su traje en la mano. Hay familias que no solo nos dejan comentarios maravillosos, sino que también vienen por la tienda solo a vernos o a tomarse un café con nosotros. Eso es lo más bonito. Sentir su experiencia. Sentir su familia.
En tus desfiles, sorprende la presencia de famosos no vinculados al mundo de la moda. ¿Por qué ellos?
Porque la moda debe representar la vida real. Muchos son amigos, sí, y claro que dan visibilidad, pero mi día a día lo sostienen los clientes. He vestido a personalidades como Camilo Sesto, Tino Casal, Antonio José, David Bisbal o Fernando Morientes, pero también he desfilado con hombres de 60, 70 y hasta 80 años, o con personas en silla de ruedas. Para un sastre no hay medidas bonitas ni perfectas, hay personas. Cada cuerpo supone un reto y es lo que más me gusta y me engancha de mi trabajo. Lo importante no es la talla, sino el respeto absoluto por cada cuerpo.
¿Cómo te ves en 10 o 20 años?
Con salud, rodeado de mi mujer, mi hijo, mis nietos… y mis clientes. Si pudiera elegir cómo despedirme de este mundo, sería con ellos, agradeciendo cara a cara todo lo que me han dado.
Y, por último, ¿qué tendencias veremos en trajes de novio en 2025 y 2026?
El estilo propio. Afortunadamente, ya no se lleva un color o una forma, se lleva ser tú mismo. Hoy, la gran tendencia es tu estilo, tu cuerpo y tu autenticidad.
