El equipo de A través del Prisma se ha sentado hoy con nosotras para hablarnos de su experiencia fotografiando días tan especiales como son las bodas. Hablamos de los mayores desafíos, sus consejos para los novios y mucho más!
Lo primero, ¿Cómo nació A Través del Prisma?
A Través del Prisma se empezó a gestar en el año 2020, pero nuestra historia con la fotografía comenzó mucho antes. Llevamos más de 15 años detrás de la cámara, capturando momento increíbles como fotografía de paisaje que también puedes ver en nuestra web y aprendiendo a contar historias a través de la luz y la emoción. Durante años, trabajamos en distintos ámbitos de la fotografía, pero había algo que siempre nos atrapaba: la magia de las bodas.
Cada boda es única, un cúmulo de emociones, miradas y gestos irrepetibles. Y cuanto más nos adentrábamos en este mundo, más claro teníamos que queríamos hacer las cosas a nuestra manera. Así nació A Través del Prisma, con la idea de alejarnos de los posados forzados y centrarnos en lo que realmente importa: capturar la esencia de cada pareja, sin artificios, con imágenes naturales y atemporales.
Lo que empezó como un proyecto personal ha crecido hasta convertirse en un equipo consolidado. Hoy, realizamos más de 50 bodas cada año y, desde hace unos años, contamos ya con varios equipos, pero manteniendo siempre nuestro sello de calidad y cercanía. Sabemos que los novios desean un reportaje bonito y elegante, pero también entendemos que su prioridad ese día no es estar pendientes de la cámara, y mucho menos estar pasando constantemente para un fotógrafo. Por eso, nuestro objetivo es brindarles la mejor experiencia posible: que disfruten sin distracciones, rodeados de su familia y amigos, mientras nosotros nos encargamos de inmortalizar cada momento con sensibilidad y autenticidad.

¿Qué momentos consideráis imprescindibles para capturar en una boda?
Cada boda es única, pero hay momentos que siempre tienen una magia especial: nos encanta la primera mirada entre los novios en la ceremonia, los instantes espontáneos con la familia y amigos, las lágrimas de emoción o esa carcajadas inesperadas… También nos encanta capturar pequeños detalles que muchas veces pasan desapercibidos, como una caricia en la mano o una mirada cómplice. Para nosotros son esas imágenes las que, con el tiempo, se convierten en verdaderos tesoros.
Para asegurarnos de que no se nos escapa nada, hacemos un reportaje completo combinando planos detalle, medios planos y gran angular. Nos gusta contar la historia de la boda desde todos los ángulos, para que cada imagen aporte un recuerdo único. Además, preparamos cada boda con mucha dedicación, reuniéndonos con los novios para explicarles cómo trabajamos en cada momento del día. De este modo, saben qué esperar y pueden disfrutar con total tranquilidad, dejando en nuestras manos la tarea de capturar cada instante sin dejar nada al azar.

¿Cuáles son los mayores desafíos al fotografiar un día tan importante?
Creemos que el principal desafío de fotografiar una boda es que no hay segundas oportunidades. Todo sucede rápido, los momentos son irrepetibles y hay que estar siempre un paso por delante para capturarlos en el instante preciso. No basta solo con reaccionar, hay que anticiparse. Además, cada boda es diferente y siempre pueden surgir imprevistos: cambios de luz, lluvia inesperada, retrasos en el horario o incluso los nervios de los novios. En esos momentos, la experiencia y la capacidad de adaptación son clave. Saber leer la situación y actuar con rapidez marca la diferencia entre una buena foto y una imagen extraordinaria.
Pero más allá de la técnica y la planificación, hay algo que consideramos fundamental: la conexión con la pareja. Nuestro objetivo no es solo hacer un reportaje bonito, sino que los novios se sientan cómodos y puedan disfrutar de su día sin preocuparse por la cámara. Entendemos que cuando los novios confían en nosotros y se sienten relajados, las fotos reflejan su esencia de una manera mucho más auténtica.

¿Tenéis algún consejo para las parejas que no saben cómo posar?
¡Claro que sí! Lo más importante es que se olviden de la cámara. Muchas veces, los novios se sienten nerviosos o incómodos ante la idea de posar, pero lo que buscamos es que disfruten de su día sin preocuparse por las fotos. Nuestro trabajo es guiarlos de manera sutil, sin que se den cuenta de que estamos dirigiendo la escena. La clave es que se sientan relajados y cómodos, para que puedan ser ellos mismos, sin forzar ninguna actitud.
Más que posar, les animamos a que se muevan, interactúen entre ellos y disfruten del momento. Un paseo juntos, una risa compartida, una mirada cómplice o un abrazo espontáneo pueden ser los gestos más poderosos y, a menudo, los que dan lugar a las fotos más hermosas. Queremos capturar la verdadera esencia de la pareja, no una versión artificial de ellos mismos. Si en algún momento no saben qué hacer, ahí estaremos nosotros para guiarlos, dándoles indicaciones simples y naturales. Les animamos a que se dejen llevar por el momento, porque esas pequeñas interacciones, los gestos sinceros, y las emociones genuinas son las que realmente cuentan.

¿Qué tendencias en fotografía nupcial están en auge este año?
Este año creemos que la tendencia más fuerte en la fotografía nupcial sigue siendo la fotografía documental. Las parejas buscan cada vez más un estilo que capture la verdadera esencia de su día, sin posados forzados. Lo que está en auge es la naturalidad, la autenticidad y las emociones reales. Las parejas quieren revivir la espontaneidad de los momentos, desde las primeras miradas hasta las carcajadas entre amigos, y no tanto las imágenes de “boda perfecta” que se sienten más artificiales. Este enfoque documental permite que cada imagen cuente una historia, mostrando lo que realmente ocurrió, con toda su belleza imperfecta.
Otro aspecto importante que destacamos este año es el uso de colores cálidos y tonos naturales. Los colores suaves, los dorados, los tonos madera y naturales están ganando terreno porque aportan una sensación más atemporal.
