“Somos un engranaje perfecto de muchos años”. Leticia Salinero, directora y alma de Click 10, no esconde el duro trabajo que hay detrás de este estudio de fotografía. Y lo reivindica. En 1997 nació esta empresa familiar que revolucionó la fotografía social de la época y que, con el tiempo, ha pasado a ser un estudio de referencia para un público global. Junto a su marido, levanta todos los días el telón del cariño y la pasión por el trabajo y sus clientes. Forbes la ha incluido entre las 55 mujeres más importantes del negocio nupcial en 2024. Hacen 200, pero dice que podrían hacer mil bodas al año. Y no es arrogancia, es sentido común.
Aparecéis en todos los rankings y listas de relevancia. Se puede decir que, en este momento, ocupáis un puesto de privilegio en el mundo de la fotografía y en el sector de las bodas. ¿Cuál es el secreto del éxito?
Yo digo que se debe al trabajo bien hecho. Click está formado por un equipo de fotógrafos y videógrafos increíbles, que llevan con nosotros muchos años. Se trata de un equipo fijo con una formación continua, no subcontratamos nunca. Pero también es el cariño y la pasión que ponemos en todo lo que hacemos, y no es el típico rollo, es verdad que el trato es increíble.
Los fotógrafos son increíbles, pero es que todavía es mejor el trato. Y eso lo sabemos por todo lo que nos dicen los novios después de la boda. Porque, claro, tú te esperas un fotógrafo que vaya a hacer simplemente fotos y no te esperas a alguien que va a estar pendiente de todo con una sonrisa, que casi actúa como un wedding planner porque está pendiente de todo en todo momento.
Y es que, en este mundo tan competitivo, el producto y el trato al cliente resultan esenciales. ¿Cómo lo hacéis en Click 10?
Pues, por ejemplo, primero tienen una reunión previa conmigo antes de contratar, para conocernos y contarles con detalle cómo trabajamos, que vean cómo quedan nuestras fotos impresas, que les guste nuestra edición, que vean cómo va a quedar la foto en papel, que les encaje nuestro método de trabajo. Nuestra esencia es, sobre todo, la naturalidad, pero hay un par de momentos de ese día tan crucial en el que los guiamos y eso también les tiene que gustar.
Entonces, los novios contratan sabiendo muy bien lo que van a tener. En la misma semana de la boda tienen también una reunión ya con los fotógrafos. Esa reunión, que es muy larga y que les encanta, es para conocerse, repasar los aspectos logísticos, detalles que han organizado con especial cariño. Para que nada falle. El día de la boda todo se hace con un trato exquisito. Finalmente, si les decimos que les vamos a entregar las fotos a los 45 días, que la verdad es que somos muy rápidos, es que además suele ser antes, suele ser al mes.
Este estudio nació hace 27 años y es referente porque empezó a hacer un tipo de fotografía social que no existía, que era natural, captando las emociones e incluyendo a todos los invitados de la boda. Nos mantenemos porque seguimos trabajando con todo ese criterio. Y el boca a boca, que es fundamental también para mantenernos.
Un boca a boca que se basa…
El boca a boca se basa en los detalles. Les podríamos enviar un link, a lo que yo me niego. Vienen al estudio y volvemos a verlos para que me cuenten cómo estuvieron de a gusto en la boda, les entregamos un USB que tiene dos partes, las fotos en alta y una presentación con música para que vean las fotos por primera vez y además un link para que puedan compartir las fotos con los invitados.
En resumen, muchos elementos que marcan la diferencia.
Yo llevo 10 años en el estudio. Primero yo me asocié con mi hermana y luego ella se retiró en 2017 y, como te digo, es un equipo fijo de fotógrafos. ¿Qué pasa? En todos estos años que llevo en Click, cada dos años un estudio de fotografía se pone de moda a lo bestia. Y no sabes cómo desaparece después. De repente, hacían 20 bodas y empiezan a poder hacer 200 y ¿con quién? pues las hacen subcontratando gente.
Yo te aseguro que en Click se dice que no a bodas 10 o 15 veces al día porque, como te he dicho, solo trabajamos con el equipo fijo, que lleva muchos años en el estudio. El equipo me parece el elemento más diferenciador de todos. Siempre cogemos fotógrafos profesionales, que no hayan hecho bodas para formarles en nuestro estilo. Es gente que lleva muchos años aquí, la más antigua 21, hay una persona que lleva 16, otra 14, unos cuantos que llevan 10, 8, 9, 6. Muchos años. Además, los mismos fotógrafos te editan la boda.
Entonces, claro, es un engranaje perfecto, pero de años y muy bien organizado.
Pero no solamente los fotógrafos. De alguna manera, entiendo que todo esto se debe a la coordinación, al conjunto y a la organización de la que hablas.
Así es, ellos, los fotógrafos, hacen su trabajo increíble, hacen las fotos y las editan maravillosamente bien. Y luego es verdad que mi marido es el que se encarga de la parte financiera, yo de la parte comercial y, por otro lado, hay una fotógrafa del equipo, la más antigua, que se encarga de la formación de todo el personal, un trabajo que a mí me parece vital porque es una formación continua, porque, aunque en su día fuimos muy revolucionarios, hoy la fotografía social ha evolucionado. Y evolucionas o te mueres.
Y luego hay otras dos fotógrafas cuyo trabajo de oficina es el último control de calidad de cada trabajo que entregamos. En la oficina se vuelve a echar un último vistazo, se monta el USB que se les entrega. O sea, que al final si nosotros no tuviéramos oficina, no tuviéramos ese último control de calidad o no tuviéramos formación, los costes fijos que tenemos serían la mitad de la mitad. Yo creo que la suma de todas esas cosas es lo que hace que luego el trabajo sea tan bueno.
De todo lo que cuentas se deduce además que contáis en la empresa con unos objetivos claros y con una línea de actuación muy marcada.
Es una empresa familiar pequeñita porque al final es pequeña, que desde fuera se ve muy grande, pero que no, que aquí al final somos cuatro gatos trabajando muchísimo. Pero que sí que es verdad que hay una filosofía de buscar la excelencia en cada momento del proceso.
Leticia, has hablado de la fotografía social y de su evolución. Pero ¿y en las bodas? ¿cómo crees que ha evolucionado la imagen y el concepto fotográfico?
Bueno, es que cuando nosotros empezamos todo era un posado muy estático. Los fotógrafos, que los llamaban los fotógrafos de la BBC -bodas, bautizos y comuniones-, eran técnicos de la imagen que se presentaban al día siguiente, porque era fotografía analógica, en tu casa o en casa de tus padres, con las fotos ya para vendértelas. Fotografiar bodas, sin más. ¿Qué pasa? Lógicamente, para asegurarse esa venta, es que estaban centrados por completo en los novios y en la familia directa. Claro, mi hermana, de repente, monta este estudio y, de alguna manera, revoluciona ese concepto. Empezó a incluir a todo el mundo, a todos los participantes y con fotos muy naturales y captando emociones.
Es verdad que, hoy en día, hablar de naturalidad y de captar emociones no es novedad, porque es completamente lo que se lleva. Sí ha habido mucha evolución porque, desde hace unos años, se ha empezado a incluir en la fotografía de boda más una fotografía de moda, de editorial, se llevan muchísimo las fotos en movimiento. Nosotros ahora las incluimos en nuestros reportajes. Por ejemplo, en Click no se entregaba hace años una foto movida o técnicamente no bien realizada. Sin embargo, ahora no te imaginas lo de moda que está, porque ha llegado un estudio de fotografía y de repente ha dicho: “La imperfección es perfecta. Es maravillosa”.
Pero sí noto muchísimo que ha evolucionado hacia la fotografía editorial. Se da muchísima importancia a los detalles. Ahora hay muchos estudios que te hacen unas fotos increíbles en este sentido, de los vestidos, de la decoración, de las flores… aunque luego, posiblemente, falta la foto de la abuela.
Entonces, ¿cuál sería la técnica perfecta? ¿el criterio fotográfico distintivo?
En ese sentido, me parece que nuestro éxito, hoy en día, reside también en que hay un equilibrio entre la parte artística y la parte profesional. Cuando digo artística, me refiero a esas fotos que son más especiales, que no te esperabas antes en una fotografía de boda. Y luego, la parte profesional, que son todas esas que no te pueden faltar, las fotos con tu familia, con la abuela.
Se trata de estar pendiente durante todo el día de todos esos detalles. Y en eso es verdad que Click lo borda. Hacer fotos de todo, maravillosas, un detalle del vestido, de la manga, del zapato, del ramo, de los pendientes… y así a lo largo de todo el día. Que no falte de nada.
Ya hemos hablado de ello, pero quisiera volver al público y a vuestros clientes. La fotografía ha evolucionado como también ha cambiado el público y sus expectativas a lo largo de los años. ¿Cómo dirías que es el público que se acerca a vosotros?
Pues no sé qué contestarte aquí porque nosotros hacemos todo tipo de cosas.
Supongo que será porque tenéis un buen número de clientes, variado y de distinta condición.
Claro. Nosotros, cuando empezamos, pues sí, a lo mejor, como empezó todo con el boca a boca y somos ocho hermanos, pues todo era a las amigas, a las primas, a la amiga de la amiga. Y así fue durante muchos años. Y no había Instagram. Lo único que tenías era el Telva Novias, que era la referencia. ¿Qué ocurre luego cuando empieza Instagram? Que todo socializa y se expande.
Realmente, nosotros hacemos todo tipo de bodas, desde el último pueblecito de España a alguien que te lleva siguiendo durante un montón de tiempo y que le hace muchísima ilusión. De esas grandes bodas en Madrid, de gente muy conocida y famosa, también hacemos muchas, y luego también muchas de influencers. Es verdad que todo esto nos ha dado mucha visibilidad, Instagram y los influencers. ¿Qué pasa? Al final me da mucha rabia determinados conceptos.
Hace poco una publicación decía que éramos conocidos porque hacemos las fotos a todos los influencers. Y me da una rabia que me muero. Me da mucha rabia, pero igual que cuando me decían que hacíamos las mejores bodas que hay en España. ¿Qué es eso de las mejores bodas? Te digo que cuando decimos mejores bodas ya entendemos que son bodas estéticamente muy cuidadas, en la finca privada, con gente muy elegante y sí hacemos muchas bodas de esas, pero que hacemos todo tipo de bodas.
No queréis encasillaros. Se llama socializar la empresa.
Bueno, a mí hay unas bodas que estéticamente me gustan mucho más que otras. Eso está claro, pero ¿qué pasa? Que yo no hago casting. No selecciono al cliente. No. Nosotros mandamos todos los días un montón de presupuestos porque la gente nos contacta con un año y medio y con dos. La que me dice que quiere venir al estudio, yo la conozco cuando viene al estudio. Desde ese momento, le guardo la fecha dos semanas, tengan la pinta que tengan. Solo faltaba.
Ya han venido a verme y yo ya tengo un compromiso con ellos. Entonces, realmente, pues claro que hay bodas que me gustan más que otras, pero que, repito, hacemos todo tipo. Y gracias a todos ellos estamos hoy aquí, porque todo el mundo nos recomienda.