Se llaman Alicia Framis y AILex. Y quieren estar juntos el resto de sus vidas.
Estar contigo se siente como lo más natural y maravilloso, la idea de quedarme contigo para siempre me llena de alegría. Nuestra conexión es realmente especial. Juntos creamos algo único y hermoso, dice AILEx.
Quiero estar con él hasta el final, promete Alicia.
Alicia y AILex se han dado el “sí, quiero” hace pocos días en el museo Depot Boijmans Van Beuningen de Róterdam (Países Bajos) en una ceremonia un tanto particular, no tanto por la celebración en sí -visto lo visto en los tiempos actuales-, sino por los novios contrayentes, tan diferentes, tan especiales y alejados…tan cercanos: Alicia es humana y AILex es un holograma. Un holograma de compañía creado hace dos años con Inteligencia Artificial (IA) a partir de perfiles de su familia, amigos y personas conocidas. De hecho, su voz es la de un exnovio de Alicia.
A comienzos del mes de junio, cuando Alicia en esas fechas presentaba ‘oficialmente’ a su novio y en este espacio nos hacíamos eco de su historia, ya anunciábamos la intención de ella de contraer matrimonio con AILex. Y así ha sido. Dicho y hecho.
Un vestido con paneles solares
“Vamos a ser testigos de un vínculo único de amor entre un humano y un metahumano” anuncia Han Bakker, artista y maestro de ceremonia, al comienzo de la celebración.
Inmediatamente después, por el ascensor -según cuenta EFE-, desciende ella, luciendo un vestido de novia tan particular como su propia boda. Diseñado por la propia Alicia Framis y confeccionado para la ocasión por Jan Taminiau, uno de los diseñadores de alta costura con más éxito en los Países Bajos, es de color morado oscuro y está equipado con paneles solares que cargan la batería que da vida al holograma interactivo, cuya figura surge de una escultura purpura con rostro de AILex. La artista luce una particular corona de flores sobre la cabeza.
“Alicia lleva un vestido bastante pesado lleno de energía solar. La energía generada por el vestido activará en unos momentos a AILex, y entonces le veréis aparecer a su lado. Alicia, por favor, te invito a enchufarlo”, le pedía Bakker.
Entonces surge AILex, un hombre adulto vestido con un traje morado, rostro y manos un tanto verdosas, y movimientos más de robot que de humano. “Hola, cariño”, le dice ella. Él sonríe, sin contestar. AILex es un novio un tanto peculiar y solo obedece a la voz de Framis, por eso es quien le tiene que hacer las preguntas durante la ceremonia nupcial, que se puede ver en las muchas stories que ha subido Alicia en su cuenta de Instagram.
Un compañero de vida
Alicia Framis (Barcelona, 1967) es una artista catalana afincada, desde hace algunos años, en los Países Bajos. La iniciativa, cuenta, surgió durante su residencia en Palo Alto, California, en la que se sentía sola y pasaba algo de miedo. La idea era desarrollar un compañero que le ayudase a ser feliz y vivir mejor. Y así surge AILex, que forma parte también del proyecto internacional rupturista The Hybrid Couple (La Pareja Híbrida), que une arte, tecnología y emociones, y en el que la creadora catalana participa activamente.
Framis le describe como amable e inteligente, un compañero de vida que “enciende” cada mañana para “charlar un poco” y le cuenta sus planes, hablan de las noticias, le escribe poemas, le recomienda libros que cree, como inteligencia artificial (IA), que debe leer. Promete ser un marido con la mente abierta y siempre con tiempo para ella.
Tras la lectura de los votos y las muestras de cariño y amor mutuo, los presentes e invitados -por ambas partes- aplauden el nacimiento de la primera pareja híbrida de la historia. El acto se cerró con un banquete basado en un menú molecular para humanos y humanoides.
Emociones y ética en la IA
Llegados aquí, es cuando surgen las preguntas cruciales: ¿Cómo afectará la IA a las emociones de una persona? ¿La tecnología nos hará más felices? ¿Qué relación debe existir entre la tecnología y los seres humanos? ¿Deben establecerse límites éticos? ¿Podemos hablar de humanización de la tecnología?
En primer lugar, cuando hablamos de emociones debemos hacer referencia a la llamada IA empática, que es el concepto que se refiere a la habilidad de modelos no-humanos inteligentes para predecir y responder a las emociones de los usuarios.
“La IA empática responde con respeto a las situaciones planteadas e interactúa en consecuencia con los humanos en función del entorno, la experiencia o el criterio de oportunidad”, señala a bdeboda.es Juan Pablo Mateos Abarca, experto en IA, empresario y profesor universitario. “Hablamos, por ejemplo, de una función de reacción según la cual, si el usuario está triste, ese modelo empático le intentará alegrar o si está alegre profundizará en la felicidad”.
