Ni los amigos, ni la familia, ni los vecinos, ni los compañeros de colegio… Todos ellos ya no son útiles para conocer a tu pareja. Ahora lo que se impone es la vía online, el entorno digital y la red de contactos. El salón de casa ha sido sustituido por algoritmos, la barra del bar por avatares, el pupitre de la escuela por chats y el paseo por el parque por ‘tener un crush’. Nuevos modos para nuevos tiempos.
En la actualidad, el 60,7% de las parejas dicen conocerse a través de Internet, concretamente a través de las redes sociales y las apps de citas que, desde hace ya algunos años, se han convertido en el principal escaparate amoroso. Desde el año 2012, fecha en la que se colocan como el principal medio de contacto, el entorno online no ha dejado de escalar y de aumentar la diferencia con el resto de espacios físicos en los que entablar una primera conversación o un primer contacto.
En este año 2024, la diferencia entre conocerse virtualmente y hacerlo en persona es de 46 puntos, lo que media entre ese 60,7% digital y el 13,8% de las parejas que se conocen a través de amigos en común o en el propio entorno del grupo de amistad. Lo que hasta hace no mucho tiempo era algo normal ahora se ha convertido en excepcional.
El ‘Amor líquido’
Una diferencia abismal que expresa un nuevo mundo producto de los enormes cambios sociales, culturales y tecnológicos que están aconteciendo en los últimos años y que, entre otras consecuencias, están fijando nuevos modos de conocerse y relacionarse.
En la parcela amorosa, es lo que el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman definió como ‘Amor líquido’ y que retrata el tipo de relaciones interpersonales de la posmodernidad, que se caracterizan por la falta de solidez, la fugacidad, el individualismo y un menor compromiso en y con el amor (romántico).
Las relaciones basadas en el entorno digital son para Bauman un modelo de superficialidad en el que la inconstancia es la tónica principal y la inmediatez el reflejo de la utilidad de los vínculos.
“Esta súbita abundancia y aparente disponibilidad de ‘experiencias amorosas’ llega a alimentar la convicción de que el amor es una destreza que se puede aprender, y que el dominio de esa materia aumenta con el número de experiencias y la asiduidad del ejercicio… Las citas por Internet jamás hubiesen tenido éxito sin el apoyo y la ayuda de la desaparición de las relaciones de tiempo completo, el compromiso y la obligación de ‘estar allí cada vez que me necesites’, de la lista de condiciones indispensables de una pareja.»”, expresaba el intelectual polaco.
El avance de internet, las aplicaciones móviles, las redes y las transformaciones sociales, el movimiento feminista, la aceptación de la diversidad sexual, los nuevos roles familiares, la globalización o las nuevas expectativas están conformando un entorno de relaciones y de vida en ‘común’ que en nada tiene que ver a lo que acontecía 94 años atrás.
La familia, los amigos y los bares
En 1930 -fecha con la que arranca el estudio-, la forma de relacionarse y de encontrar pareja estaba dominada por el entorno familiar (22,7%), la escuela (22,5%) y el grupo de amigos (18,5%), que eran los espacios ideales (impuestos o no) para iniciar un posible camino romántico. A mediados de los años 40 es cuando el apartado de los amigos supera a la familia y se convierte, prácticamente hasta la irrupción del online, en el elemento primordial para contactar y conocer a tu chico o a tu chica.
En el año 1975 -en el ecuador de los años que transcurren desde 1930 hasta 2024-, los amigos (26,2%) siguen siendo el principal espacio para lograr un primer contacto, la familia (15,9%) continúa en segundo lugar y ya los bares y restaurantes (14,2%) escalan hasta la tercera posición, producto de una mayor apertura y de una evolución del factor ocio, que comenzara en la década anterior con una cierta revolución sexual, las salidas nocturnas y los bailes sociales.
Pasan los años y llega el 2000. Los amigos (27,5%) siguen en lo más alto, pero ahora se cuela en la segunda posición el entorno laboral y los compañeros de trabajo (15,5%), que desplazan a la familia al cuarto puesto. En la tercera posición siguen anclados los bares y restaurantes (12,9%).
El amor en un like
Y así hasta llegar a las actuales fechas, a este 2024 que ya empieza a dar sus últimos coletazos y en el que dominan el like y el clickbait.
Sobre eso último, el psicólogo Andrés Arriaga afirma lo siguiente: “Las parejas que mejor funcionan son las que prescinden al máximo de cualquier agente externo que necesite reforzar aquello que han construido afectivamente”. “Es un mal punto de partida apostar por algo tan difuso, subjetivo e incontrolable como el número de likes de una publicación. Quienes lo hacen nos están informando de sus propias inseguridades y reflejan una autoestima construida de forma deficiente», explica sobre esa transformación y jerarquización de nuevos valores, así como la aplicación de lo digital al amor.
En realidad, el estudio que ha proporcionado los datos comentados -realizado por la Universidad de Stanford en los Estados Unidos- refleja una tendencia general, aunque quizá más circunscrita al contexto norteamericano y anglosajón, en el que la tecnología y la digitalización dominan buena parte de las relaciones sociales, culturales, económicas y políticas. Eso no significa que la tendencia no sea muy similar en países latinos y/o mediterráneos, como el nuestro, en los que el marco de relaciones se encuentra cada vez más condicionado por el efecto online pese a nuestra tendencia en dimensionar el lado afectivo y el contacto como hábito de vida.
